De efectos y parroquias

LO TRÁGICO BAJO SOSPECHA. Presentación del Argumento. Primera Noche Preparatoria hacia las XI Jornadas Anuales de la EOL Sección La Plata. 10 de julio

Adriana Fanjul

Buenas noches a todos, antes de iniciar con mi texto va mi agradecimiento al Directorio y la Instancia Diagonal por convocarme al trabajo, a Mariella Lorenzi -directora de las Jornadas- y a mis compañeros de la Comisión Científica -Claudio Godoy y Sebastián Llaneza- por el trabajo compartido.
Seguramente ya han leído el Argumento, por lo tanto, voy a retomar algunas de las líneas de trabajo que se fueron desplegando, de los hilos allí planteados -para seguir con la metáfora de la trama- con la idea de abrir un espacio de conversación que pueda causar al trabajo y la escritura para nuestras jornadas. No es algo conclusivo, es más bien una invitación a pensar juntos qué implica poner lo trágico bajo sospecha en el devenir de la experiencia analítica.
Antes de ello un pequeño rodeo.
El título que nos convoca al trabajo de este año nos remite de alguna manera a los inicios. No solo del psicoanálisis, también del sujeto. Freud, en su texto inaugural afirma que «Edipo Rey es una de las llamadas tragedias de destino»(1) cuya «eficacia universal» revela la normatividad de la vida psíquica y anuda tempranamente tragedia y psiquismo. Fatalidad que -al decir de Lacan- evoca la «prefiguración de la noción misma de inconsciente»(2) y que en una singular combinación con el vivenciar del sujeto constituye la trama del destino. Expresión que el propio Freud nos acerca al recurrir -para dar cuenta de su inexorable ley- a la figura de las moiras, (3) «tres hilanderas» (4) que tejen el destino de los hombres.
Pero en el título, como en la vida, no todo es tragedia… en este caso también hay sospecha. Sospecha que si bien no es un concepto psicoanalítico sí podríamos decir que es un término caro al psicoanálisis en tanto sintetiza una orientación que encontramos tanto en Freud como en Lacan para el tratamiento de los impasses.
No en vano el propio Freud fue considerado -junto a Marx y Nietzche- uno de los maestros de la sospecha, (5) siendo la interpretación el ejercicio para dimensionar lo «no advertido desde la escoria de la observación». (6) Podríamos decir, lo que verdaderamente orienta es una “sospecha”.

“De efectos y parroquias” es el título que elegí para lo que les quiero transmitir esta noche, no tanto por su contenido epistémico sino por las resonancias que tuvo en mí la convocatoria al trabajo.
Como si se tratara de un chiste, no faltó el factor de «desconcierto e iluminación» (7) que me recondujo a la parroquia analítica. Cuando leí el título de las jornadas lo primero que recordé fue una actividad que había tenido lugar en la EOL años atrás y que trataba de las Incidencias memorables del Pase (8), cuyos efectos -desconocidos para mí- estaban a la espera de ser retomados. En esa ocasión Marina Recalde y Luis Tudanca conversaron acerca de los avatares del humor y de la risa en la vida de cada uno y cómo el análisis les permitió nuevos usos con lo que siempre estuvo, aunque taponado por la neurosis.
Fue esta invitación a las jornadas la ocasión para retomar esos efectos e iniciar con ellos un intercambio de textos, notas y mensajes de una generosidad que destaco y agradezco especialmente. Ojalá pueda transmitirles algo de eso y que como un chiste los cause y se replique…

El humor un tratamiento del superyó
Como se planteó en el Argumento, la dimensión cómica y sus variantes, no es menos determinante que la tragedia, ni siquiera en sus orígenes -y a pesar de las diferencias- es posible pensarla como muy alejada de ella. (9) El propio Freud luego de emplazar la normatividad del psiquismo a partir de la tragedia, casi en el mismo movimiento, retoma los estudios filosóficos de la época y resitúa el witz y sus variantes en el centro de la subjetividad. Se detendrá en precisar dentro de lo cómico dos vertientes principales: el chiste y el humor (10), destacando los puntos de contacto y las múltiples derivaciones y diferencias en cada caso. (11) Si bien no me voy a detener en esto, simplemente y de un modo muy esquemático diré que Freud ubica al chiste en el campo de las operaciones retóricas del inconsciente, efecto de la combinatoria y plasticidad del significante; sobre la base del juego de palabras, los absurdos y dobles sentidos, su técnica responde a idéntico procedimiento que el resto de las formaciones del inconsciente, pudiendo burlar a la represión y por un momento escapar de las exigencias de la realidad, lo que lleva -al igual que un niño- a experimentar el placer lúdico en el que reside para Freud la risa que ocasiona.
El humor, por su parte, no se reduce a lo cómico ni al chiste; más que del texto depende de la posición del humorista, enunciación donde hay que buscar el efecto cómico del humor. Freud lo califica de subversivo y placentero, “tiene algo de grandioso y patético”. (12) Es un tratamiento del superyó, pero en su doble connotación; por un lado, es un tratamiento puesto en marcha por la cara benévola del superyó para mantener a salvo al yo de las tragedias que lo acechan, manto piadoso e indulgente ante el sufrimiento amenazante -faceta que Freud destaca-, pero también es un tratamiento del superyó mismo, del goce que el superyó exige insaciablemente, actitud singular que intenta burlar su severidad. Doble cara del humor que podemos aprehender en la clínica y que numerosos testimonios de finales de análisis dan cuenta.
Solo para causarlos un poco los remito al último testimonio de Marina Recalde -“Veinte años no es nada, tres es un montón”- (13) allí da cuenta de los efectos y la consecuente puesta al trabajo de una intervención que le hiciera J.-A. Miller que le permite leer de otro modo lo que ella -en otro testimonio- (14) ubicaba como el sentido del humor proveniente del Otro materno. Allí destaca la dimensión vital que eso a la vez implicaba, contracara del estrago, vitalidad que estaba desde siempre solo que el análisis le permitió dar otro uso: el humor como recurso vital. En sus términos: “poder reírme de algunas cosas para que esas cosas no se rían de mí. Eso hoy para mí es un recurso fundamental en el lazo y es lo que vuelve mi vida vivible”. (15)

Algo de la risa
Lacan parte, al igual que Freud, del witz -en su sentido más amplio- y su relación con lo inconsciente, aunque de entrada advierte que la risa por más que pueda enredarse con lo cómico y el chiste los excede. En el Seminario 5 se detiene en la risa como fenómeno no homogéneo y detalla diferentes condiciones que sino la ocasionan al menos acompañan su emergencia. Allí presenta una suerte de listado que incluye la risa loca de los niños, la risa de la víctima que se siente amenazada, la risa de la angustia e incluso del duelo y si bien deja el problema sin resolver encontramos una orientación pasible de ser indagada en el curso de un análisis y uno a uno, qué estatuto tiene la risa, qué goce está en juego allí.
Si bien discute la teoría de Bergson acerca del carácter automático de la risa y solo le reconoce el valor social que le atribuye al introducir el lugar del Otro, la parroquia, (16) también en el fragor de su debate nos acerca un par de términos que entiendo quizás -y forzando un poco la referencia- puedan balizar en la clínica diferentes estatutos de la risa, a partir de sus efectos: lo repetitivo y lo vital.
En tal sentido me sirvo de la lectura que hace Luis Tudanca de su propio testimonio y que permite pensar más allá de su caso (17) al menos dos tipos de risa que importan al psicoanálisis, “una con parroquia, es decir con Otro” y otra que prescinde del Nombre del Padre, e incluso del fantasma. (18) Risa “singularísima” (19) que el análisis produciría o -como en el caso de Luis- vuelve a traer. Risa “sin sentido” pero que implica goce, compromete un cuerpo y aunque prescinda del lenguaje resuena en el cuerpo el eco de un decir. (20)

Ubicar lo cómico
Retomo la referencia de Freud en torno a la comedia que señala -a nuestro entender- la orientación que conviene a la experiencia analítica, «lo que por un momento creímos pleno de sentido se nos presenta como enteramente desprovisto de él», (21) pasaje del pleno sentido de la tragedia a su vaciamiento que nos conmina a pensar usos y funciones en la cura no solo del lado del analizante, también del practicante. Ubicar lo cómico para interrogar qué posición conviene al analista, cómo operar con ello.
Desde Freud podemos decir que la interpretación comparte algo de la estructura del chiste -juego de palabras, homofonía, disparate-; no obstante, no se trata de contar chistes ni de hacerse el humorista, ubicar lo cómico en y más allá del juego de palabras, por un lado, apunta al sin sentido como operatoria analítica, (22) pero también posibilita aprehender su espontánea emergencia como efecto mismo de la decantación de lo trágico. (23)

«El psicoanálisis vuelve a la vida más simple […] reordena el enmarañado de impulsos dispersos, procura enrollarlos en torno a su carretel. O, modificando la metáfora, el psicoanálisis suministra el hilo que conduce a la persona fuera del laberinto de su propio inconsciente».

Notas
(1) Freud, S.: «La interpretación de los sueños», en Obras Completas, Tomo IV, Amorrortu, Buenos Aires, 1991, pág. 270
(2) Lacan, J.: “Universidad de Yale. Seminario Kanzer”, en Revista Lacaniana Nº 19, Grama, Buenos Aires, 2015, pág.15. “En la palabra fatalidad -fatum- hay ya una suerte de prefiguración de la noción misma de inconsciente. Fatum viene de fari, la misma raíz que infans…”
(3) Freud, S.: «El motivo de la elección del cofre», en Obras Completas, Tomo XII, Amorrortu, Buenos Aires, 1992
(4) Óp. Cit. (3), pág. 314. «Láquesis parece designar «lo azaroso dentro de la legalidad del destino», Átropos es lo ineluctable, la muerte, y entonces para Cloto resta el significado de la disposición fatal, congénita».
(5) Ricouer, P.: Freud una interpretación de la cultura, siglo xxi editores, México, 1990, pág. 32
(6) Freud, S.: «El Moisés de Miguel Ángel», en Obras Completas, Tomo XIII, Amorrortu, Buenos Aires, 1992, pág. 227. Freud mismo encuentra en el llamado método Morelli una analogía con la técnica analítica, donde el divino detalle revela la marca singular del autor. Giovanni Morelli era un personaje que analizaba y buscaba los índices en las obras de arte para sentar la autoría de una pintura.
(7) Freud, S.: “El chiste y su relación con lo inconsciente”, en Obras Completas, Tomo VIII, Amorrortu, Buenos Aires, 1992, pág.14.
(8) Conversación sobre las “Incidencias Memorables del pase 3”, Elucidación de la Práctica analítica, Seminario diurno de la Escuela de la Orientación Lacaniana, 28 de mayo 2021.
(9) Algunos autores plantean que comparte sus orígenes con la tragedia, en tanto ambas serían derivaciones del ditirambo, composiciones liricas que se lo ofrecían al dios Dionisio que originalmente formaba parte de sus rituales interpretadas por el coro. Al principio estas composiciones eran breves y de tono burlesco, Aristóteles sostiene que en su evolución (lenguaje, estructura, temas) encontramos la tragedia.
(10) Óp. Cit. (7).
(11) Freud, S.: “El humor”, en Obras Completas, Tomo XXI, Amorrortu, Buenos Aires, 1992, pág. 157. Ahí donde el chiste busca una ganancia de placer y requiere de al menos tres personas, lo cómico sólo necesitará de dos, mientras que en el humor basta con uno.
(12) Ibid, pág. 158.
(13) Recalde, M.: “Bordear un real”, en Lo real puesto al día en el siglo XXI, Grama, Buenos Aires, 2014.
(14) Recalde, M. “Efectos de transmisión, Entrevista a Marina Recalde”, El caldero online #6, 2017, https://elcalderoeol.com.ar/Ediciones/006/index.php?file=Efectos-de-transmision/Marina-Recalde.html
(15) Ibíd.
(16) Lacan, J.: El Seminario, libro 5, Las formaciones del inconsciente, Paidós, Buenos Aires, 2010, pág.122. Retoma la etimología del término parroquia: parodia, alguien que no es de la casa que se transforma en parrochia y es introducido por el cristianismo.
(17) En tal sentido el testimonio de Luis Tudanca, “Del síntoma al sinthome”, introduce una descripción de las risas en su caso, y los avatares en el curso del análisis. Tudanca, L.: «Del síntoma al sinthome» y comentario de Miller en El orden simbólico en el siglo XXI No es más lo que era. ¿Qué consecuencias para la cura?, Grama, Buenos Aires, 2012, pág. 47 a 59.
(18) Tudanca, L.: “La risa y su goce”, Elucidación de la Práctica analítica: Incidencias Memorables del pase 3, Seminario diurno de la Escuela de la Orientación Lacaniana, 28 de mayo 2021, inédito.
(19) Ibid.
(20) Godoy, C.: “La interpretación psicoanalítica: entre poesía y el chiste», Blog n°14, EOL Sección La Plata, 2019, https://blog.eol-laplata.org/la-interpretacion-psicoanalitica-entre-la-poesia-y-el-chiste/ . En otros términos «la risa es el eco en el cuerpo del decir del chiste».
(21) Óp. Cit. (7), pág. 14.
(22) El uso de lo cómico por parte del analista también podemos rastrearlo en diferentes testimonios de finales de análisis, para citar solo algunos a modo de ejemplo, los testimonios de Irene Kuperwajz, de Michel Elbaz y de Gustavo Stiglitz, entre otros.
(23) Ratificando que ha operado la desmezcla gozosa de la tragedia -por ejemplo el testimonio de Débora Rabinovich- o su emergencia en el dispositivo mismo del pase, tal el caso del testimonio de Gabriela Dargenton.
(24) Freud, S.: «El valor de la vida», Entrevista a Sigmund Freud realizada  por George Sylvester Viereck, Psychoanalysis and the Fut, 1957, http://www.clinicamente.com.ar/articulos/ev-freud.htm