De cuerpo ausente

FLASHES DEL BLOG # 10: CONVERSACIÓN SOBRE LA TRANS-FORMACIÓN DEL ANALISTA. PERSPECTIVAS

Por Laura Arroyo

El modo que hemos encontrado los analistas de sostener en tiempos de cuarentena nuestra práctica ha suscitado toda una serie de comentarios e interrogantes, tales como pensar que esta práctica sostenida a distancia y por medios tecnológicos implica un cambio, que marcará un antes y un después. Creo que podemos afirmar que estamos en una coyuntura un tanto particular, nuestras vidas han cambiado, al menos en el modo en las veníamos llevando hasta ahora. Pero ¿El psicoanálisis también cambia? Hasta donde entiendo creo que el psicoanálisis cambia cuando se trata de cernir y/o de tratar con aquello que no cambia dentro de la misma clínica psicoanalítica.

Luego de varias tele-sesiones, como le dicen, S me plantea que “hay algo que no funciona” dice necesitar verme, necesita volver al consultorio: “no es lo mismo por acá” afirma. Recuerdo un texto de German García donde dice que “un consultorio tiene una puerta, quiere decir que tiene una parte de adentro y una parte de afuera. El espacio de adentro no tiene el mismo valor que el espacio de afuera. No tiene el mismo valor, estar frente a frente que, tirados en el diván, no tiene el mismo valor decir algo de pie (…). Hay que pensar entonces que un consultorio es un contexto de enunciación que tiene muchas posibilidades”. Entonces no se trata solo de un ritual sino de un espacio que apuesta a una lógica, la del acto analítico.

M manifiesta en estado de angustia, que necesita verme, a pesar de estar haciéndolo en ese momento por la pantalla en la videollamada “no soporto más hablar con alguien de cuerpo ausente” dice.

Es claro que no nos han quedado otras opciones que hacer uso de los medios tecnológicos que están a nuestro alcance para sostener nuestra práctica. Sostener nuestra practica de cuerpo ausente, no es sin consecuencias, entraña un límite, que se hace escuchar.

Daniel Millas en el flash del Blog # 8 señalaba como “debemos recurrir hoy a un uso sin precedentes de las plataformas virtuales. Si bien hay un acuerdo respecto a la importancia de sostener los análisis en esta coyuntura en la que no quedaría otra alternativa que interrumpirlos, no deja de plantearse la pregunta acerca de cuáles serán las consecuencias de esta utilización generalizada una vez superada la pandemia.” (2)

En los usos del lapso Miller dice, que la tecnología nos permite estar allí sin el cuerpo, pero estar allí sin el cuerpo no es estar allí, no es la verdad verdadera, esto tiene que ver con una parte no simbolizada del goce y ella requiere de la presencia del analista. “El analista está a título de su encarnación y no del saber que tendría del saber inconsciente de su paciente”. (3) Lacan sostiene que un cuerpo es lo que se goza, es decir que el cuerpo es soporte del goce. El analista no escapa a esto, “queda algo que se llama su presencia, y no puede ser simplemente una nota al pie”(…) “cuando pensamos que son todos sujetos del significante, resulta simple, se hacen análisis por teléfono”. (4)

Es necesario que esté el cuerpo presente en este asunto, por cuanto es lo que se goza y por lo tanto lo que vivifica, su ausencia pone en riesgo nuestra práctica con el peligro de tornar un análisis en una suerte de intercomunicación desvitalizada. Si no hubiera un cuerpo que goza no habría psicoanálisis.

Fecha de recepción 25/6/2020

Notas:

1-Germán García. Fundamentos de la clínica analítica.  Otium ediciones (pág. 82)

2-Daniel Millas. Flashes del Blog #8

3-Jacques Alain Miller los usos del lapso. Paídos Ed (pág. 22)

4-Jacques Alain Miller Sutilezas analíticas. Paídos Ed (pág. 249)