¿Cómo una lectura puede volverse incidencia? Por Ramiro Tejo

Ramiro Tejo.

“Leer no es la actividad voluntaria que determinan las necesidades del saber, sino un acto poético que si se realiza en frío no produce ninguna modificación en el sujeto” (1).  Juan José Saer.

Incidir

Uno de los textos que forma parte del argumento para esta noche de biblioteca sostiene la pregunta sobre la incidencia del psicoanálisis en el “Otro social” (2). Es también una pregunta por la eficacia y por la vigencia subversiva del discurso analítico sobre el malestar contemporáneo. Vale la pena partir de la escritura de los discursos, modalidades del lazo que vienen al lugar de la relación sexual que no hay, para entender que ese Otro social no lo podemos leer como Uno y en tanto que “el Uno de la sociedad es ilusorio” (3), no hay La sociedad. Además, podemos agregar, cada uno de ellos aspira a una incidencia distinta.

 La elaboración de Lacan del discurso analítico como un nuevo modo de lazo social, lo sitúa como el reverso del discurso del amo. El discurso del amo es el discurso del inconsciente (4)  y es el discurso del Otro portador de las identificaciones que capturan al sujeto y velan la falta en ser. En este sentido podrá afirmar Lacan en el Seminario 14 queel inconsciente es la política.

Hay una relación directa entre la política y las identificaciones. Y eso hace que haya una relación directa entre el psicoanálisis y la política. Si el psicoanálisis hace existir al inconsciente, también hace existir la política como “el lugar de una fractura de la verdad” (5).

Tomando su sentido del diccionario: “incidir es caer o llegar (una cosa, especialmente un rayo de luz, un proyectil, etc.) sobre una superficie hacia la cual se dirige. También influir (determinada cosa) en un asunto o causar un efecto en él” (6). La primera definición destaca la dimensión temporal, la direccionalidad y el efecto sobre aquello que se incide, pero en la segunda definición encontramos un aporte diferente, que no acentúa la exterioridad de una cosa sobre otra sino que hace hincapié en la palabra influencia, la influencia es “algo que no se deja aislar” “es del orden de lo fluido, el curso, lo que atraviesa” (7).

Al postular la incidencia del discurso analítico: ¿Cuál es nuestro rayo?, ¿Cuál es nuestro proyectil? ¿Lo lanzamos desde afuera hacia el Otro social? ¿Cuál es nuestra exterioridad y cuál es nuestra interioridad en ese Otro social? ¿Hacia dónde lo lanzamos y desde dónde? ¿O se trata de una influencia donde interior y exterior no están definidos? Sostener que el psicoanálisis es un discurso entre los otros nos conduce a  pensar que forma parte de lo social, pero también sabemos que éste se especifica en su carácter subversivo por hacer vacilar los semblantes e intervenir sobre las identificaciones que se ordenan en los otros discursos, en este sentido tiene cierta exterioridad. De ahí la necesidad de apelar a las categorías topológicas forjadas por Lacan como la de ex-sistencia como “ese afuera que no es un no adentro” (8) o de extimidad para poder pensar la incidencia política del analista en  lo social sin caer en la extraterritorialidad, ni adherir a un discurso amo.

Las viejas formas de la segregación

Desde su irrupción el psicoanálisis intervino sobre las políticas de las identificaciones y sus efectos segregativos. La época freudiana responde a la de un Otro consistente, semblante que se encarna en el proyecto de la modernidad donde ciertos significantes organizan el lazo social, bajo la lógica del todo y la excepción. De la repartición de una negación y el Todo se obtiene la estructura de la era paterna. Las formas de organización de los espacios sociales se dividen en un universal y lo que éste excluye segregándolo, un resto no absorbido por la generalidad. La segregación en el siglo XIX y XX puede leerse como efecto de la aspiración a la  concreción de estas políticas totalizantes con sus consecuentes retornos en las diferentes formas de las luchas reivindicativas. En el campo de la psiquiatría eso puede leerse en el movimiento de la antipsiquiatría por ejemplo, formas de respuestas a ese todo que algo no reconoce.

La subversión freudiana frente a la política de su época se caracterizó por asumir una afinidad con lo segregado, con una dimensión del sufrimiento que el discurso científico dejaba afuera. No se trató de una respuesta en términos reivindicativos de denuncia de lo que ese todo excluía por incompleto, sino que instituyó  una política apuntada a la lectura del síntoma neurótico y su determinación inconsciente. Serán los restos (síntoma neurótico, sueños, actos fallidos, chiste, etc.) marginados de la ciencia médica los que se inscriben en un discurso nuevo, inédito, un nuevo modo de lazo social. Freud extrae lo que estaba destinado a ser desechado para reintroducirlo en el “Otro social” bajo una nueva forma de leerlo. Su originalidad fue la de ceñir en forma sistemática lo sintomático que objeta un todo, para leerlo en la lógica de una causalidad determinista articulada al Edipo. En este sentido Freud leyó de otra manera, en tanto remitió lo segregado a una lógica propia.

Hay ahí una primera incidencia política del psicoanálisis en el Otro social. La de inscribir el sufrimiento neurótico en un discurso en el que se puede desplegar su lógica. Pero también forma parte de la incidencia política del psicoanálisis la elección freudiana de soportar esa herejía frente a los discursos establecidos de la época.

La lectura lacaniana “de otra manera” localizó cómo el Nombre-del-Padre funcionó como límite en Freud y al demostrar su carácter de semblante también dio cuenta de cómo la raíz del síntoma permanece fuera de discurso, que hay un real sin ley y opaco al sentido. Eso segregado demuestra la inconsistencia de ese otro todo y la imposibilidad de reabsorción en un conjunto.  Ese real, que es la respuesta de Lacan al inconciente freudiano constituye un resto aún más radical, ilegible en tanto irreductible al inconsciente, inaugurando de esta manera la perspectiva del sínthome, su propia herejía. 

Siguiendo este hilo me pregunto si “leer de otra manera” como nombre del deseo del analista no  consiste en ubicar lo segregado de cada tiempo como modo de dar cuenta de la inconsistencia del “todo” al que pueda aspirar cualquier política.

Las formas actuales de segregación

Hoy, tal como fue trabajado por Eduardo Suárez en “El presente de las políticas identitarias” (9), la política de las identificaciones responde a otra lógica, en el contexto de la época del Otro que no existe y frente a la evaporación del padre. Un orden simbólico diferente en la era de la globalización donde el dominio no es el de un significante ideal que polariza las identificaciones y ordena el lazo con otros, sino que estos se producen en torno a la plusvalía y el plus de goce que han agujereando todos los semblantes que se sostenían en el Nombre del Padre. Tal como lo ubicó Eduardo en este presente no se escapa a los efectos de segregación, ni a una lógica del todo. Un todo diferente, del que intentare recortar dos formas.

Las micrototalidades que se multiplican y que  se configuran en comunidades de goce, con un consecuente efecto de profundización de la segregación de lo diferente, renovando su aspiración a un todo. Pequeños todos que están en todas partes funcionando bajo significantes rígidos que no escapan a los efectos segregativos de lo singular. Las llamadas burbujas de certidumbre (10) nos resultan útiles para pensar el modo en que se agrupan los sujetos en torno a ciertas identificaciones bajo un significante que se pretende inequívoco y que rechaza la interpretación.

En esto múltiple y fragmentado, lo que antes era segregado como identidad hoy encuentra su lugar en grupos que se inscriben bajo un significante en los que se comparte un modo de gozar pretendidamente homogéneo, una modalidad de goce es reconocida bajo un significante que lo literaliza y no admite el equívoco que aloje lo singular. El rechazo al equívoco es uno de los modos en que se inscribe el todo y donde se juega en lo político la existencia del psicoanálisis.

Otro modo de presentación del todo la encontramos en el funcionamiento del discurso capitalista, en la serie potencialmente infinita y su aspiración totalitaria (11), que al universalizar el valor de cambio, rechaza la castración y las cosas del amor. El discurso capitalista en su alianza con la ciencia intenta reducir toda dimensión del parlêtre a algo que se pueda contabilizar. En este sentido alguien puede afirmar que no se opone a la venta de órganos porque es un mercado más. El funcionamiento repetitivo de la pulsión de muerte se vislumbra en el ejercicio del goce- fuera- de- cuerpo en una deriva infinita que no encuentra un elemento que haga de límite.  De allí el rechazo a todo elemento que incluya lo imposible  y lo contingente. Cuando ningún elemento hace de límite al plus-de-goce, la dimensión del cuerpo como sede de Otro goce, o goce de la vida, es negativizada al máximo en términos de valor de cambio con sus efectos mortíferos.

La herejía pone al analista del lado de lo segregado

Me pregunto si el solo hecho de “leer de otra manera” no acarrea el riesgo de concebirse como una actividad solitaria, silenciosa o acotada a una comunidad y si no podemos pensar la incidencia como la puesta en acto de esa lectura soportando un decir que haga acontecimiento, involucrando la dimensión de los cuerpos. El analista en este sentido encarna “ese afuera que no es un no adentro” en la escuela, en el hospital, en la cárcel, en los debates de la época.

Ubico la incidencia en la línea de la haeresis, de la elección herética que señala Laurent de “aceptar aquello que escapa a la comprensión” y de sostener “la relación con una causa más allá de toda determinación” (12). En el movimiento de leer de otra manera a la incidencia herética que se soporta en la relación de cada uno con esa causa más allá de toda determinación es donde creo que podemos ubicar lo que J. C. Indart denomina “políticas del amor real” (13) orientadas a “abrir un aire respecto del inevitable cierre del saber inconsciente del lado del valor de cambio y la falicidad” y a “producir un refugio respecto del acoso del Uno”. Sostener esa brecha entre el significante identitario y ese “extremo de lo íntimo que es al mismo tiempo internidad excluída” (14), haciéndose partenaire de esa dimensión irreductible a la equivalencia.

La herejía contemporánea podría consistir en una elección por fuera de la aspiración al todo del inconsciente como lugar donde se inscribe el significante en su valor de cambio, orientada a reintroducir mediante un decir que resuene, el goce en el cuerpo con su efecto vivificante. Leer de otra manera y producir el no-todo vía la interpretación como modo de habitar lo social. La ortodoxia es siempre una apuesta por lo homogéneo, por fundar un todo. El analista sensible a las formas de segregación[i]  puede volverse partenaire de lo que demuestra la inconsistencia del conjunto, inmiscuyéndose en los lugares donde se juega el empuje al todo, soportando una presencia y haciendo resonar otra cosa.

Bibliografía

(1) Saer, J.J.: “Papeles de trabajo, Borradores inéditos”, Seix Barral, Buenos Aires, 2012.

(2) Trabajo de la dupla: No-todo y política del psicoanálisis. ”, en las VIII jornadas de la Sección La Plata, El no-todo y el analista,  responsables C. Valfiorani y R. Salvatori.

(3) Miller, J. A.: “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, Buenos Aires, 2016.

(4) Lacan, J.: El Seminario, libro 17, El reverso del Psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1992, Pág.95.

(5) Expresión de Marcel Gauchet del libro “La democracia contra sí misma” utilizada por JA Miller en “Intuiciones Milanesas”,https://sobrevolandolacanquotidien.blogspot.com/2017/09/intuiciones-milanesas-por-jam.html

(6)  Diccionario de la RAE en https://dle.rae.es/diccionario.

(7) Francois, Jullien: “Cinco conceptos propuestos al psicoanálisis”. Cuenco de Plata 2013

(8) Lacan, J.: Seminario 22, RSI,  Clase del 14 de enero de 1975, Inédito.

(9) Suárez, E.: “El presente de las políticas identitarias”,https://www.eol-laplata.org/blog/index.php/el-presente-de-la-politica-identitaria-por-eduardo-suarez/

(10)JAMiller.IntuicionesMilanesas.2002, https://sobrevolandolacanquotidien.blogspot.com/2017/09/intuiciones-milanesas-por-jam.html

(11) Miller, J.A.: “El régimen del no todo”, en Piezas sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013.

(12) Laurent, E.: “Lacan Herético”, en Lacan Hispano, Grama ediciones, Buenos Aires, 2021.

(13) Indart, J. C.: conferencia “Políticas del amor real” 20/08/2020 organizada por el IOM2 Nuevo Cuyo, https://iomcidsanluis.com.ar/actividad-extraordinaria-regional-politicas-del-amor-real-en-psicoanalisis-a-cargo-de-juan-carlos-indart

(14) Lacan, J.: Discurso a los católicos, Paidós, Buenos Aires, 2005.

(15) Laurent, E.: Psicoanálisis y salud mental, Tres haches,  Buenos Aires, 2007.