DE NOTAR
Paula Vallejo
La idea de dar un seminario diurno surgió entre Débora Nitzcaner, Silvia Pino y yo luego de concluir un trabajo de dos años en el equipo de la COL (Colección de Orientación Lacaniana), dirigido por Débora, durante los cuales editamos dos volúmenes de estudio, el primero sobre El objeto a en la experiencia analítica y el segundo sobre El Uno en la experiencia analítica. Fue un recorrido epistémico riguroso, que nos permitió retomar la lectura del Seminario, Libro 14, La lógica del fantasma, en el momento en que salió publicado en español, y nos entusiasmó para proponer un abordaje clínico de lo que Lacan viene trabajando allí.
Abordar la clínica del fantasma implica sumergirse en la vía pulsional del inconsciente, en donde el objeto a enseña sobre su lectura, construcción y atravesamiento. Es la consideración de esta vertiente pulsional en el psicoanálisis la que hace resonar con fuerza el aforismo lacaniano “No hay clínica sin ética”, que Miller supo elevar a la condición de principio de nuestra práctica.
Si para Freud el fantasma va al lugar de lo real como imposible, Lacan, en cambio, va más allá y plantea que el fantasma es lo que impide saber hacer con el síntoma, lugar adonde queda desplazado lo real, el hueso de la cura. Sin embargo, no es sino a partir del trabajo con el fantasma como respuesta del sujeto al enigma del deseo del Otro, que podemos encontrar la vía para aislar lo real de un goce no negativizable, una vez desbaratado ese fantasma que le hacía de velo.
En tanto el fantasma es un límite que se le aporta al goce, es también lo que nos permite acceder a lo que ha quedado por siempre inaccesible de la represión primaria, que da como resultado el sujeto originariamente reprimido –sujeto barrado-. No se trata, por supuesto de que podamos levantar dicha represión, sino de que podamos obtener otro acceso a lo que del sujeto se nos presenta, por la vía de lo que él es como objeto en el deseo del Otro.
Esa composición heterogénea del fantasma que Lacan extrae de Freud -la conjunción de una satisfacción autoerótica y una representación imaginaria- y que luego formalizará con el matema $<>a – por un lado su representación significante, por otro, su ser de goce localizado como objeto a– es lo que le permitió a Lacan considerarlo como una función de nudo entre significante y goce, una respuesta posible al problema que él encontró en el psicoanálisis y que Miller conceptualizó como “el problema de Lacan”.
Con este programa de trabajo, se nos ocurrió dictar un seminario diurno virtual, que fuera tanto parte de la oferta de seminarios diurnos de la EOL, como de la Sección La Plata. Una manera de producir una articulación en acto de lo que se trabaja en la Escuela, más allá de su localización geográfica. O también podemos decirlo así: una articulación concebida a partir de una topología que permite hacer con los bordes un litoral donde nos orienta la transferencia de trabajo, y no una frontera fija, infranqueable. Una invención, que resulta, tal vez, más femenina.
Seminario diurno Clínica del fantasma: lectura – construcción – atravesamiento
Responsables: Débora Nitzcaner – Silvia Pino – Paula Vallejo