Cinco puntuaciones sobre la formación del analista

LA FORMACIÓN DEL ANALISTA. Noche de la Instancia Diagonal. 7 de junio

Adriana Laión

Introducción
Agradezco muy especialmente la invitación de la ID, la interpretación política que realiza esta Instancia de la Sección y la decisión de poner la misma a un trabajo de Escuela es lo que me permite estar hoy con ustedes. Sé que algunos se sorprendieron de que viniera, pero no se me ocurre otra forma para conversar que estar aquí, en presencia, con mi cuerpo. Así que gracias a todos los que pudieron y quisieron estar presentes hoy.
Me gusta mucho la temática que han abordado a 10 años de la existencia de la Sección.
La pregunta de Paula “¿Que es hacer Escuela?” es crucial y se puede leer una respuesta en el primer párrafo del texto elegido, en el “Prefacio al primer anuario de la EOL” se lee el fundamento y los principios de nuestra Escuela.
La enseñanza de Lacan marca en su fundamento el campo del lenguaje y la función de la palabra y como principio el sintagma, “la orientación lacaniana” a partir de la elucidación de Miller, su comentador viviente. Leído de esta manera, no es lo mismo nombrarnos lacanianos que analistas de la orientación lacaniana.
El significante clave es ORIENTACION. ¡Esta orientación es por lo real, o sea los que practicamos el psicoanálisis de la orientación lacaniana nos orientamos por lo real, hay una orientación!
Orientarnos por lo real es un enunciado que repetimos pero que necesita años de formación para entenderlo, y hasta ahí…encarnarlo, es más me atrevería a decir que requiere de una formación permanente ya que, como señala Lacan en la “Proposición del 67…”, no estamos exentos de su negación sistemática. Entonces, se funda la Escuela para garantizar la formación que desea dispensar y garantizar.
Como leemos esta fundación no fue sencilla, se necesitó principalmente el consentimiento de la comunidad analítica, dispersa en diferentes agrupaciones y un ACTO DE CONFIANZA. En la actualidad, la conformación de la nueva forma Escuela, se produjo también por un acto de confianza en el efecto de trabajo de los colegas. ¡Destaco que se trata de una confianza lúcida! Esa confianza es el efecto de realizar una lectura e interpretación analítica.

Puntuaciones
La orientación lacaniana incorpora el clásico trípode freudiano, muy bien trabajado por Carlos, voy a plantear algunos puntos con interrogantes para provocar la conversación.

1. Primera cuestión ¿nos analizamos? ¡Si!, pero hace falta tiempo para la formación y fundamentalmente para la incidencia de nuestra formación en la formación de futuros analistas, los más jóvenes, las nuevas generaciones. Como el análisis “es una disciplina que tiene su lógica”(1), el fin de análisis es un hecho en nuestra orientación, del que sabemos que se necesita un signo de consentimiento del analista y una decisión del analizante para su conclusión. La última orientación de Miller sobre el pase “una sola vez”, y el trabajo de la mayoría de las Escuelas para poner en hora los reglamentos del pase, implican hoy un tiempo de espera y expectativa sobre sus efectos. Sé que tuvieron una interesante conversación con Jorge Assef sobre este punto, por lo cual no lo voy a interrogar, escuchare las resonancias.

2. Episteme-estudio. “No olvidar jamás que la Escuela está hecha para el psicoanálisis y no a la inversa, o sea para sus miembros” (2), en este punto ubico al cartel como el lazo asociativo privilegiado. El cartel tiene un agalma especial para formarse, conversar sobre política, clínica, etc., implica la verdadera transferencia de trabajo, si funciona. ¿Cómo se vive la experiencia de cartel en la Sección? ¿La permutación del cartel se efectiviza o consisten los apegos imaginarios? Sabemos que la Escuela ofrece también Noches, Seminarios, Seminarios a riesgo propio, son las diferentes formas en que circulan las enseñanzas, que tienen otro estatuto que el del cartel.

3. Control, ¿hay práctica del control? Escucho en jóvenes practicantes un lazo al control más frecuente, particularmente cuando atienden en hospitales o en instituciones con autistas, adictos…, necesitan autorizarse en Otro, y orientar las curas. Los que tenemos más tiempo de práctica, ¿realizamos una práctica de control? ¿cómo lo usamos? He podido verificar que tanto en la Escuela como en el Instituto, los miembros realizan un control antes de presentar un caso, o sea que el pasaje de lo privado a lo público conlleva una responsabilidad y una orientación que parece necesaria pasarla por Otro antes. Quiero destacar en los controles dos puntos sensibles, particularmente en jóvenes practicantes, el horror a la psicosis, y la seria dificultad que se presenta en el psicoanálisis con niños, las entrevistas con los padres.

4. Y si hace falta una Escuela es porque nadie puede garantizarse a sí mismo y porque el discurso analítico no puede ser sostenido por uno solo. A renglón seguido Miller señala que “funcionen como es debido sus órganos de selección” (3), para otorgar los títulos previstos por J. Lacan. La designación de los AME, “Es aquel que ha dado sus pruebas”, ¿eso le confiere autoridad analítica?, ¿se reconoce el gradus o la transferencia?, ¿cómo se revela su práctica en el psicoanálisis puro?

5. ¿Qué lugar está llamada a ocupar en el mundo la EOL? Se pregunta Miller. Ubica un lugar de primer rango y esto “otorga a los miembros el deber de dar al ejercicio del psicoanálisis toda la radicalidad de la que es capaz”. (4)
Interpreto que la orientación política es una responsabilidad de los más formados, en el sentido de una transmisión en acto. Radicalidad en el diccionario implica ir a los fundamentos, principios, lo que señalaba en el inicio.
Elijo un párrafo del “Exhorto a la Escuela” que les propongo para conversar, el contexto en el que Lacan lo enuncia es el de la “Proposición…”, dice así: “Porque si ella va a decidir que la Escuela produzca o no (del) psicoanalista, no desconoce que el psicoanálisis no se produce sin medios, los que no van sin componerse de personas, ni sin, con ellas, transigir” (5), (consentir, consensuar, acordar). ¡Es una indicación muy importante, e interrogo el verbo transigir, ya que las tensiones imaginarias implican a veces, luchas feroces que no dan la posibilidad de hacer Escuela!
El dispositivo de la conversación que ustedes están produciendo en acto, es para mí el medio analítico por excelencia para tratar lo que hace síntoma, para pensar en el futuro del psicoanálisis, ya que no creo que el espacio de las Asambleas alcance. Para finalizar, una pregunta a cada uno de ustedes ¿Qué efecto de satisfacción y /o que efecto de inquietud tienen ustedes con respecto al porvenir del psicoanálisis? ¿Qué encuentran en la Escuela que permita responder a este interrogante?

Notas
(1) Miller, J.-A., “Prefacio al primer Anuario de la EOL”, El Nacimiento del Campo Freudiano, Paidós, Buenos Aires, 2023, p. 286.
(2) Ibíd.
(3) Ibíd.
(4) Ibíd.
(5) Lacan, J., “Exhorto a la Escuela”, Otros Escritos, Paidós. Buenos Aires, 2012, p. 313.