Chicas frías en tiempos hot

carteles_2013_belen_zubillagapor Belén Zubillaga

XXII Jornadas Nacionales de Carteles de la EOL- La Plata, 28 de Septiembre de 2013

Cartel: Cuerpos a-locados
Rasgo: Cuerpos de mujer

 

La inquietud de encontrar en la clínica de las mujeres modernas, los viejos síntomas de la sexualidad femenina, me impulsó bajo el rasgo “Cuerpos de mujer”, a sondear el tema. Recurrir a Freud en la época ya no victoriana sino de Victoria’s Secret donde lo femenino se ha generalizado, nos permite preguntarnos: ¿de qué mujeres se trata?, ¿qué hombres para esas mujeres?, ¿qué padres con esos hombres?

Las revistas femeninas y la sexología condenan a los viejos padres por limitar el goce sexual. La crianza bajo censura sería la responsable de los “trastornos” de la sexualidad femenina tales como la frigidez o la inapetencia sexual. También Freud: “las mujeres a quienes solo parecidos expedientes (se refiere a la masturbación) posibilitan conservar su virginidad se muestran en el matrimonio anestésicas para el comercio normal (…) la mujer no es satisfecha y permanece anestésica aun cuando la predisposición a la frigidez que la educación le instaló habría podido ser superada por un potente vivenciar sexual” (1).

¿Y ahora? Los mismos efectos con tan distintos panoramas. Casi todo permitido y para todos los gustos: desde clubes swingers, hasta la mega industria del sex- shops. Virtualmente se puede acceder a todo lo que el mercado ofrece. Las viejas reuniones de Tupper de las abuelas han sido desplazadas por las de Tupper Sex, donde una experta instruye y muestra variedad: desde aceites hasta disfraces. Hay un saber construido con todos los chiches, literalmente, y sin embargo…

Una mujer renuncia a mantener relaciones sexuales con su marido por la vergüenza que su cuerpo obeso le provoca. No se siente mujer. Otra mantiene su sexualidad en suspenso por lo insoportable que le resulta el cuerpo del otro cerca del suyo. En algunos casos se puede situar el asco histérico o el rechazo del cuerpo neurótico, más allá por supuesto de lo singular en cada una. Pero en muchos otros casos la supuesta “frigidez” debemos ubicarla en relación a las experiencias extrañas de la vida sexual, a las que se refiere Miller en las las psicosis durmientes o silenciosas, sin desencadenamiento aparente: la desconexión de la vida erótica (2). Una paciente ha encontrado en su inexperiencia en el tema –pierde su virginidad ya madura– la excusa perfecta para sostener un matrimonio “como amigos”; Así lo que se desataría permanece anudado. En otras la maternidad funciona como refugio. Lo que nos permite pensar en ese desorden en la “juntura más íntima” del acto sexual, del que habla Miller.

¿Qué pasa entonces en los cuerpos de las mujeres de hoy? No bastan las ofertas pro-placer del mercado ni las quirúrgicas –hay operaciones reductoras de vagina para recuperar la estrechez inicial llamadas vaginoplastías o rejuvenecimiento vaginal. ¡Todo para garantizar el éxito sexual!

El matrimonio –uno de los pocos de la época– entre el discurso capitalista y el de la ciencia, se combinan para hacer desaparecer la naturaleza; tocan lo real por todos lados sin que pueda recuperarse una idea de armonía. Hasta lo jamás imaginado hoy puede ser modificado. La ciencia logró convertir en cosmético lo quirúrgico. Los cuerpos se intervienen poniendo y sacando partes, como si se tratara de maquillaje. Se ha llegado a la modistería de los cuerpos.

En los tiempos de Freud, las mujeres por prohibición, por tabúes y educación, no podían gozar lo suficiente. Hoy tampoco, pero por otros motivos: ni el padre, ni la educación, ni el discurso del amo son lo que eran, ni prohíben el goce sexual; al contrario, empujan hacia él, a lo más descarnado del goce sexual.

La “falta de ganas”, la frigidez o las inapetencias femeninas actuales, son –a mi modo de ver– una respuesta de los cuerpos al discurso contemporáneo. De cuerpos que no hablan pero que sirven para hablar como medios de la palabra.

No pasaron de moda los síntomas y las respuestas del cuerpo frente a lo real.

En estos tiempos del culto de lo hot, las chicas –ni tan mujeres ni tan niñas– aún se enfrían.

 

Notas Bibliográficas:

(1) Freud, S.: “La moral sexual ‘cultural’ y la nerviosidad moderna” (1908), Obras Completas, Vol. IX, Amorrortu, Bs. As., 1993, pág. 177.
(2) Miller, J-A, “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria”, El Caldero de la Escuela 14, Gramma, Bs. As., 2010, págs. 12-29.