II Jornadas Anuales EOL Sección La Plata: EL cuerpo y sus fanatismos, 31 de Octubre de 2015
Apertura
Eduardo Suárez
Quiero agradecer al Consejo Estatutario de la Escuela este voto de confianza para con el tema de nuestras jornadas.
Fanatismo no es un concepto analítico, por lo tanto es necesario proceder con prudencia.
Comienzo con unas palabras de J.-A. Miller, pronunciadas hace casi 25 años:
“Lo religioso retoma y resurge en el fanatismo. Jacques Lacan fue un buen profeta: Dios recuperó su fuerza, y su pasado funesto amenaza con regresar (…). Pero no es cosa de examinar el destino del mundo, sino solamente la parte que atañe al psicoanálisis, y el deber que le corresponde en esta nueva coyuntura”. (1)
Quisiera entonces simplemente, a modo de apertura, repasar algunos argumentos, ubicar el interés “analítico” del tema.
Confiamos en este término, en el hecho de que algún real seguramente portará, al constatar que no nos era posible reemplazarlo por otro de manera satisfactoria. Exaltación, Pasión, Adicción, Compulsión, si bien connotan goce, repetición, empuje a la muerte, no reflejan bien, al menos inmediatamente, el estatuto del lazo que suele instituirse a partir de ello.
Fanatismo incluye goce, pero también rito, Otro, y constituye, paradojalmente, como veremos hoy, un tipo de lazo que no excluye la soledad. En esa medida evocamos el tema de nuestras Jornadas nacionales, “Solos y solas”. Podemos decir que el fanático en cierto sentido está solo, aún o tanto más, cuando está en grupo. Unos solos, todos juntos, como diríamos hoy, en un enjambre, en una multitud, siguiendo las distinciones recientes de J. C. Milner. (2)
“El cuerpo y sus fanatismos” apuesta también a realizarse como tema en el pasaje del inconsciente al cuerpo hablante, para situarnos en la clínica del parlêtre, tal como lo ha propuesto J.-A. Miller en su Conferencia para el próximo Congreso de la AMP, y aportar un grano de arena para nuestra formación; ya que este pasaje abre un campo que recién comienza a explorarse y no resulta fácil conseguir los buenos ejemplos para seguirlo.
Al respecto, las interpretaciones de J.-A. Miller manifestadas en ocasión de los terribles atentados a la revista Charlie Ebdo –publicados en Lacan Cotidiano, a principio de este año, con las traducciones de Silvia Baudini– nos aportaron la idea de una íntima relación entre cuerpo y fanatismo, al tiempo que nos proveyeron las primeras verificaciones de que su estudio puede acercarnos a la cuestión del cuerpo hablante.
Esta noción con la que el psicoanálisis de orientación lacaniana acompañará los cambios de época nos hace mirar las cosas desde otra perspectiva y ver hasta qué punto el concepto de inconsciente, él mismo un discurso, se podía soportar en los discursos establecidos, aquellos que resolvían el goce por el sentido, derivado del padre o las instituciones que tomaban su relevo.
Hoy como nunca se manifiesta como malestar en la cultura algo que el padre no nombra, que el Otro no sabe resolver y con el cual cada quien debe arreglárselas. Los jóvenes primero, y luego los no tan jóvenes, dirigen su búsqueda entonces hacia los márgenes de los discursos, allí donde se supone que se inventan las nuevas respuestas.
Este estudio entraña el riesgo, fundado para nosotros, de la pendiente sociológica. Pero quizás ese riesgo era mayor a propósito de las identificaciones tradicionales. Lo cierto es que hoy, en un mundo globalizado con acceso, prácticamente universal, a la web y sus redes, tambalean las bases donde la sociología y la psicología se sostenían para establecer sus perfiles, porque se producen fenómenos que atraviesan absolutamente las clases sociales, los sexos, las edades, las fronteras culturales y todos los sistemas clasificatorios.
Para el psicoanálisis, específicamente, “fanatismo” es un término que tiene la posibilidad de designar una operación identificatoria al mismo tiempo que una relación con la pulsión. La pulsión devenida identificación integra prácticas de goce que conforman colectividades.
Las ideologías, como prácticas del sentido, van al lugar de las añadiduras imaginarias, de las superestructuras; mientras que el cuerpo, en una verdadera socialización sintomática, produce conglomerados y nuevas utopías comunitarias que prometen y concitan la experiencia de un goce común.
Digamos entonces que cuando el modo de goce es fundamento del lazo social, el psicoanálisis extiende su campo. Es el psicoanálisis en extensión que se anuda hoy bajo modalidades inéditas, a la intensión. Así como el fanatismo puede representar a la pulsión reivindicada en el régimen identificatorio actual, la práctica cotidiana verifica cómo los síntomas se vuelven fanáticos y empujan a la muerte en un proceso en el cual, como diría Eric Laurent, ni la autoconservación ni el narcisismo son barrera a la radicalidad del goce.
Y allí se ubica el desafío para muchas disciplinas y para la política misma.
La experiencia analítica por su parte, produce una clínica de nombres singulares que cada sujeto encuentra para nombrar su exceso, una nueva práctica que pone en juego cada vez más el cuerpo del analista para intervenir allí donde no hay cuerpo para soportar el goce, y una ética, por fin, que se opone a la deriva fanática por contemplar que el síntoma puede ser incurable, pero no así su fanatismo.
Notas:
(1) Miller, J.-A.: “Breve introducción al más allá del Edipo”, en Del Edipo a la Sexuación, Paidós, Buenos Aires, 2011, pág. 23.
(2) Milner, J. C.: “Hablar política”, en Para una política de los seres hablantes, Grama, Buenos Aires, 2013, pág. 23.
(3) Miller, J.-A.: “El Inconsciente y el cuerpo hablante”, Conferencia de presentación del tema del Congreso de la AMP 2016, Revista Lacaniana n°17, Grama, Buenos Aires, 2014.
(4) Miller J.-A.: “El retorno de la blasfemia”, 8/1/15, http://ampblog2006.blogspot.com.ar/2015/01/el-retorno-de-la-blasfemia-return-of.html
(5) Miller J.-A.: “El amor por la policía”, 31/1/15 , http://www.eol.org.ar/la_escuela/Destacados/Lacan-Quotidien/LC-cero-455.pdf
(6) Laurent, E.: “‘El inconsciente es la política”, hoy”, Lacan Cotidiano N° 518, 23/06/2015, http://www.eol.org.ar/la_escuela/Destacados/Lacan-Quotidien/LC-cero-518.pdf