Allí donde la obediencia deshabitada era…

FLASHES DEL BLOG # 2: CONVERSACIÓN SOBRE EL TIEMPO LÓGICO Y EL ASERTO DE CERTIDUMBRE ANTICIPADA. UN NUEVO SOFISMA

Por Gabriela Rodríguez

I   PRISIONEROS

Traer el farol de los tiempos lógicos para iluminar la oscuridad del presente. En nuestra comunidad fue Marie-Hélène Brousse quién recientemente tomo apoyo en el Escrito que nos ocupa, (“Los tiempos del virus”) y me preguntaba qué la conduce hasta allí, sin duda la pregnancia del término prisionero; en Francia lo que aquí se llama “aislamiento social obligatorio” ha tomado el nombre de confinamiento, que redunda con más fuerza en la figura del prisionero.

Pero sobre ese término se podría decir más, Miller precisaba en la Intervención que se llamó “Elogio de la ortodoxia”, que somos prisioneros de la época en la que vivimos, esto supone que algunas cosas nos son dadas pensar y otras no, están fuera de la posibilidad de ser pensadas por la mentalidad de la época, la llamada subjetividad. Ir entonces hacia este escrito de 1945 busca poder iluminar ese no pensado respecto de la pandemia atiborrada de sentidos, que tienen a la subjetividad prisionera.

II ¿CONSENTIR LO OBLIGATORIO?

… allí donde la “obediencia deshabitada” era, el sujeto del consentimiento debe advenir. Para los prisioneros del apólogo la salida está dada por la posibilidad de concluir respecto del color que se porta en la espalda, es el develamiento de la incógnita inicial lo que da la salida. Para nosotros siguiendo la “paradoja aparente” propuesta por Marie-Hélène Brousse en “Los tiempos del virus” se trata de consentir lo obligatorio, claro está, dicho de manera oximorónica, quizás el único modo en que se lo puede decir, un consentimiento que tome el lugar de una “obediencia deshabitada”, sintagma especialmente bien formulado.

Así planteado para la conversación, se abre una discusión sobre los modos del consentir a diferenciar entonces de la obediencia ciega, simple alienación, tan variados como los sujetos que escuchamos, incluso y aun cuando esos modos no coincidieran con la forma esperada de distancia social y aislamiento.

III PARADOJAS

… consideremos en el final las paradojas que introduce esté Escrito, al menos dos: la paradoja inicial señala que aun siendo un problema individual (se trata de que el prisionero pueda saber sobre su color para ser liberado), se articula en una lógica colectiva introduciendo un sujeto de lo colectivo. Hay un salto evidente entre una cosa y otra, por lo que se introduce una paradoja que deberíamos hacer existir, sobre todo si complejizándolo un poco más, introducimos la dimensión de los cuerpos a partir de la cual releemos la formula el inconsciente es la política.

La siguiente paradoja se lee al final en una parte oscura del Escrito que Eric Laurent ha sabido iluminar, indica que toda configuración colectiva que arme conjunto de humanidad, se hace al irremediable precio de la segregación. Esa última paradoja deducida de manera de los tiempos lógicos, queda expresada de un modo enigmático señalando un punto de horror que cobra especial interés en este contexto oscuro de pandemia y su llamado a nuevas humanidades.